Escritor Canario: Manolo Cardona
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ARUCAS DE GRAN CANARIA
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LUGARES DE INTERÉS CULTURAL

La iglesia de San Juan Bautista asume este papel emblemático dentro del municipio aruquense. Construida a mano, sin tecnología ni mecanización de ningún tipo, constituye el fiel testimonio de la habilidad de los labrantes y del empeño de un pueblo que vio erigir su templo de oración. La idea de levantar un nuevo recinto sacro, que fuese capaz de albergar a la creciente población, partió de Francisco Gourié Marrero y del párroco Francisco Cárdenes Herrera. Una vez aceptada la propuesta, todo el pueblo participó con solidaridad. La Junta directiva, constituida para ayudar en las diferentes tareas que exigía la creación de esta ingente obra, estaba compuesta por sus dos promotores y por diferentes personalidades de la ciudad. Dicha Junta aprueba el proyecto presentado por el arquitecto catalán Manuel Vega y March en 1908. Además, encarga la dirección de las obras al arquitecto Fernando Navarro.

La actual iglesia de San Juan Bautista se asienta sobre el mismo solar que ocupó la antigua parroquia, erigida el 18 de abril de 1515 por el obispo de Canarias don Fernando Vázquez de Arce. Este templo fue deteriorándose con el paso del tiempo y al hacerse insuficiente para albergar a la población aruquense de aquellos años, se procedió a su demolición en 1909 con el objetivo de construir la nueva iglesia.

El templo comienza a construirse el 19 de Marzo de 1909, festividad de San José, abriéndose al culto en 1917. Sin embargo, las tareas arquitectónicas se prolongaron hasta casi sesenta años después. El estilo elegido por Vega y March fue el neogótico, que le permitía hacer grandes alardes ornamentales.

La iglesia, de planta centralizada, se eleva en dos cuerpos caracterizándose por sus cuatro fachadas que se enmarcan entre dos agudas torres. La fachada principal, orientada al norte, da hacia la Plaza de San Juan. No obstante, el interior se dispone en función de la zona de acceso situada en la cara oeste (c/ Párroco Cárdenes), consiguiendo así una mayor longitudinalidad de la nave central. Con los mismos elementos constructivos se proyecta la fachada sur que mira al Parque de la Paz, en tanto que la este goza de menor significación (c/ Federico Díaz Bertrana).

Si nos situamos en el frontis que da paso al interior del recinto sagrado, a ambos lados de la puerta principal se encuentran las inscripciones que señalan el inicio de las obras y el momento en que se abrió al culto. Esta fachada consta de una gran portada integrada por arcos apuntados que se suceden en abocinamiento. Encima se proyecta una galería de ventanillos sobre la cual descansa un enorme rosetón de siete metros de diámetro. Termina este conjunto con un hastial con hornacina en su centro y rematado por una cruz. Los límites de este cuerpo central lo marcan dos contrafuertes octogonales semiinteriores. Las ventanas saeteras que aparecen en distinto nivel, iluminan las escaleras de caracol. A su vez, la totalidad de la fachada queda custodiada por dos torres octogonales, la del Reloj (S-W) y la del Baptisterio (N-W) Esta descripción puede aplicarse casi por completo a la fachada norte y sur. Tan sólo se diferencian por su mayor anchura, permitiendo la instalación de ventanales a cada lado. Las imágenes que ocupan las hornacinas poseen diferente representación: la Virgen con el Niño (Sur), San José con el Niño (Oeste) y San Sebastián (Norte). Fueron realizadas en piedra blanca por el escultor Ramón Bastús.

En la fachada sur habría que añadir la diferencia que supuso la instalación de una torre-campanario de casi 60 metros de altura en el extremo sureste. Se compone de varios cuerpos decrecientes que se rematan con florón en su vértice. La dirección de las obras de esta torre-campanario fue llevada a cabo por el sucesor de Fernando Navarro, Rafael Massanet. En diciembre de 1930 se empezó a trabajar en los cimientos de la misma, hasta que en 1953 se paralizó la obra. Años más tarde, en 1962, se procedió a la colocación de la piedra simbólica con que se iniciaba la erección de la segunda fase de la torre campanario, quedando definitivamente coronada en 1977. Por último, la cara este del templo recoge la cabecera semicircular y las dependencias secundarias de la parroquia. La configuración de esta enorme estructura pétrea y la belleza de su decoración se debió, como ya hemos aludido, a la laboriosidad de los labrantes. Un gran número de canteros, labrantes, peones y obreros participaron en las obras. Entre los labrantes más importantes, llamados "maestros de obras", sobresalen: Sebastián Quesada, Miguel Santana, Pedro Morales Déniz y Francisco Santana.

En el interior del templo se conserva un interesante legado artístico, que nos habla de la riqueza cultural mantenida con países como Italia y Flandes, además, de la originada en épocas recientes. La planta del edificio configura un cuadrado casi perfecto, al que se le ha añadido en el lado este, un semicírculo con función de deambulatorio y, en los lados norte y sur, unos estrechos rectángulos, donde se ubican las puertas laterales. Las tres naves se ven interrumpidas por un amplio transepto que refuerza el centralismo del inmueble, así como la tribuna que recorre la parte superior.

Las vidrieras son un elemento notorio de la edificación. La luz, al atravesar su superficie cristalina, se transforma en reflejos irisados que confunden los espacios y nos hacen respirar una atmósfera sagrada. Su instalación, emprendida entre 1916 y 1928, se debió a las relaciones que mantuvo Francisco Gourié con la casa francesa Maumejean et Fréres. Una gran expectación giró en torno a ellas, ya que la iglesia de San Juan Bautista fue la primera iglesia de Gran Canaria que lució vidrieras de esta firma francesa. La mayoría de los vitrales fueron adquiridos por diferentes grupos sociales, de ahí, que se representen en algunos de ellos los santos patronos de sus donantes. Narran las enseñanzas religiosas pero, sobre todo, son el testimonio del bienestar económico de la sociedad del momento.

Entre las obras artísticas que conserva la iglesia cabe destacar el Cristo Crucificado que preside el altar Mayor. Data de finales del siglo XVI y su serenidad clásica refleja una factura italiana. Comenzando desde la entrada a mano derecha, está la capilla del Carmen, incluida en la torre del Reloj. La bóveda se cierra con nervaduras que confluyen en una especie de estrella que funciona como clave central. La iluminación proviene de las vidrieras en donde se representa, entre otros, a la Virgen del Carmen y al padre D. Antonio María Claret, sin aureola, para recordar su visita a Arucas en 1848. En el suelo reposan los restos del párroco Francisco Cárdenes como homenaje a su ferviente labor en la ejecución del templo. Es el único personaje que ha tenido semejante honor.

El retablo principal de estilo neogótico entroniza la imagen de la Virgen del Carmen, que se sustenta sobre una nube a modo de peana. A cada lado se establecen dos pequeños pedestales ocupados por San Elías con la espada (lado izquierdo), iconografía poco frecuente en las Islas, y Santa Teresa (lado derecho). En la capilla de San Juan Bautista, de trazado rectangular, está el santo sobre un pequeño altar. Esta imagen fue tallada en Málaga y se expuso a la pública veneración el domingo 23 de junio de 1848. Cruzando la puerta lateral llegamos a la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, en donde se ubica el Sagrario, además de esta imagen. A los lados del Sagrario, de delicada orfebrería, se instalan en dos hornacinas neogóticas las tallas de Santa Lucía y San Sebastián. Santa Lucía, de dimensiones más reducidas que el natural, presenta en una mano la bandeja que contiene los signos de su martirio. Llama la atención la exquisitez de los motivos florales en pan de oro que adornan su vestimenta. A la agitación ocasionada por los pliegues de los paños, se contrapone la serenidad altiva de su rostro. Se ha barajado la posibilidad de que sea obra de un discípulo del escultor canario José Luján Pérez (1756-1815). Vino a corroborar esta idea la presencia del imaginero trabajando en la zona hacia 1793. También, se pensó que la obra pudo ser restaurada, e incluso, ejecutada por algún discípulo suyo. No obstante, aún es necesario realizar estudios para confirmar la información. Frente a Santa Lucía se encuentra la imagen de San Sebastián. Se representa al santo en el momento de su martirio, atado a un tronco y atravesado por las flechas. Sin embargo, su semblanza más que expresar el dolor del instante, refleja una quietud melancólica. Sin duda alguna, esta escultura procede de la escuela andaluza, posiblemente sevillana de mediados del siglo XVII. Su primera morada fue la segunda ermita de San Sebastián (ya desaparecida y que estuvo situada en la actual Plaza de la Constitución).

Continuando en la misma dirección, iniciamos el tramo del deambulatorio que rodea al altar Mayor. Aquí se ubica la sacristía, que custodia numerosas piezas de orfebrería desde el siglo XVI hasta nuestros días. Junto a la misma, dos capillas cerradas están ocupadas por las imágenes de San José con el Niño y Cristo atado a la columna.

En la parte central del deambulatorio se abre la capilla dedicada a la Pasión de Cristo, formando un semiábside con cristalera. El motivo pictórico es la Degollación de San Juan Bautista. La mayor significación del conjunto determina que la escena se organice en toda la superficie de la cristalera que, ahora, se integra en un espacio rectangular dividido en tres zonas por arcos trilobulados. Fue donada por Francisco Gourié. A los pies del vitral se dispone un retablo neogótico, que cuenta con cuatro imágenes relacionadas con el tema de la Pasión de Cristo, así como con recuadros de mármol blanco, que representan las escenas de la Oración en el huerto, Cristo ante Pilato y la Última Cena. Las dos primeras esculturas, que responden al Nazareno y a la Verónica, son de candelero y datan del siglo XVIII. Fueron pedidas por iniciativa del ayudante Francisco Reyes, quien consiguió el dinero necesario para realizarlas a través de recaudación popular. Con estas dos imágenes se celebró en la Villa la primera procesión del Paso, el 29 de marzo de 1741, el día del Jueves Santo. Las efigies de Ntra. Sra. de los Dolores y de San Juan Evangelista fueron trabajadas por el escultor Silvestre Bello Artiles, en 1852, la primera, y en 1853, la segunda. Ambas se expusieron a la veneración pública durante la Semana Santa. Frente al retablo neogótico que alberga a las citadas imágenes se encuentra la bella escultura del Cristo Yacente, obra del insigne escultor aruquense, Manuel Ramos González (1899-1971). En la misma parroquia donde fue bautizado nos dejó una de las mejores tallas de su larga producción artística. El modo de tallar de Manolo Ramos es, ante todo, figurativo. Busca siempre los motivos en los que pueda dar rienda suelta a los violentos movimientos y posiciones para el cuerpo humano. Cultivó con igual profusión los temas de carácter religioso y profano. Dentro de los temas profanos abundan los retratos, los desnudos y, en menor medida, los temas raciales, los niños, las maternidades y los animales. En el tratamiento de los desnudos se muestra como un gran conocedor del cuerpo humano, como ocurre en el Cristo yacente que nos ocupa. Realizado en madera, hacia 1940, destaca por la elegancia de sus líneas y el poder expresivo de su cabeza. La agitación de la melena queda contrastada con la calma del rostro, ligeramente afectado por la posición de la boca entreabierta. En esta conmovedora obra, podemos admirar la armonía entre la naturaleza humana y la naturaleza divina.

Las dos capillas adyacentes contienen las imágenes de Jesús montado en la burrita y la Virgen de Fátima. En la capilla del Rosario, ubicada en la torre noreste, está la talla de dicha Virgen. Fue realizada por el escultor canario Juan Manuel de Silva. Utilizó para esta efigie la madera de un ciprés arrancado de la huerta del convento dominico de San Pedro Mártir de Las Palmas de Gran Canaria. Se comenzó a darle culto el domingo 2 de febrero de 1727. De gran belleza es también el relicario en donde se sitúa la imagen. Destacan los relieves cromatizados que aparecen en las tablas laterales del tríptico. En la pala izquierda se representa la escena de la Visitación de María a su prima Isabel y la Anunciación. La pala derecha comprende la escena de La bajada de la Cruz y el Nacimiento de Cristo. Se observa en los relieves cierta reminiscencia flamenca e italiana. En un extremo del altar, se aloja la figura de San Luis Gonzaga, que fue comprada por el coadjuntor Juan Francisco González a mediados de 1892. Prosiguiendo con el recorrido llegamos a la Capilla de San Blas, representado en la vidriera y en la escultura central. A los lados se disponen las imágenes de San Nicolás de Bari (izquierda) y San Cayetano (derecha), ambas de dimensiones reducidas, pudiendo datar de finales del siglo XVII y principios del XVIII. Con una cronología semejante, podría ser la curiosa estatuilla barroca de San Miguel pisando al diablo, vestida con tela encolada.

La capilla de San Francisco de Asís está arropada por el único retablo barroco de la iglesia, probablemente del siglo XVIII. Dividido en dos partes iguales, sobresale por las columnas salomónicas y los estípites con angelotes en la parte superior. También destaca las dos tablas pintadas al óleo en las que se representan a San Joaquín, en lado izquierdo y su esposa, Santa Ana, en el opuesto. La técnica pictórica empleada es el tenebrismo, caracterizada por el claroscuro. En las hornacinas del retablo se alojan San Francisco de Asís, en estado de éxtasis y San Antonio de Padua con el Niño. Entre ambas piezas del retablo se dispone un cuadro de Ánimas pintado al óleo, probablemente de origen sevillano. El tema del Purgatorio arraiga en las Islas durante el siglo XVI y XVII, motivo por el cual hay un interés especial por esta representación en aquellos momentos. En este cuadro se muestran dos planos divididos por la imagen central del Arcángel San Miguel, que delibera sobre el destino de las almas. En la parte superior está la Gloria, situándose en el eje principal la Trinidad. El Purgatorio, en segundo plano, ocupa la parte inferior y se figura por medio de las llamas, donde las ánimas extienden sus manos implorantes hacia el arcángel intercesor.

El último punto del recorrido nos llega con la capilla del Baptisterio. En el interior de la misma se guardan importantes piezas artísticas que recomendaban el cierre con rejas de la capilla. En la zona central, sobre un escalón circular, hay una pila bautismal realizada en 1862 por el maestro carpintero Domingo Benavides. La piedra empleada se extrajo de las canteras del Lomo de Tomás de León. La madera que se encontraba en los pies de la misma era de caoba fina procedente de la Perla de las Antillas (Cuba). Siguiendo la sucesión de los paramentos, de izquierda a derecha, se disponen diversas pinturas y piezas escultóricas. De entre éstas cabe destacar la primera talla de San Juan Bautista (s. XVI) y el busto de La Dolorosa, que recientemente restaurado, refleja en todo su esplendor un dolor contenido. Esta imagen, originariamente de propiedad privada, fue donada por el médico Manuel González y González a la Parroquia el 14 de octubre de 1876. Según el profesor Juan S. López, esta escultura, por su iconografia, está dentro de las características propias de las Dolorosas granadinas, por lo que podría atribuirse al círculo del escultor Pedro de Mena. En este caso, se trata de un "busto prolongado con brazos y su composición tiende a la simetría". El rostro ovalado, la mirada algo caída y la boca entreabierta, contribuyen a dar a la obra un aire melancólico de los rasgos, que se repite en la producción artística de Pedro de Mena en la posición de las manos trenzadas. En cuanto a las pinturas, tres joyas engalonan las paredes. Nos referimos a las obras del pintor canario, Cristóbal Hernández de Quintana (1651-1725). Su estilo pictórico se incluye dentro del Barroco, no sólo en razón de su cronología sino también por el contraste tenebrista existente en sus cuadros. Así, por ejemplo, en la tabla que representa a la Virgen con el Niño, las figuras emergen de un fondo oscuro, indefinido. Sin embargo, en el cuadro contiguo de San José con el Niño, se percibe una arquitectura y un paisaje azulado que actúan como punto de fuga. De gran belleza son los marcos dorados con formas ovaladas que enmarcan a ambas tablas. El cuadro de la Sagrada Familia es el que tiene mayores dimensiones. Presenta rasgos más arcaizantes en cuanto a la consecución de la volumetría y la expresividad de los rostros, menos cálidos que los anteriores. El resto de las pinturas anónimas se unen al estilo Barroco. Destaca una tabla de la escuela flamenca del siglo XVI con el tema de la Natividad; una pintura sobre cobre, con recuerdos flamencos e italianos, cuyo motivo central es la Presentación de la Virgen en el templo (XVII) y una bellísima Madonna con el Niño.

En resumen, la iglesia de San Juan Bautista merece ser visitada, no sólo por la grandiosidad de su estructura pétrea que, en muchas ocasiones, ha provocado que la llamen "catedral", sino también, por la riqueza artística que atesora.

La Plaza de San Juan se podría definir como el conjunto arquitectónico de mayor valor social e histórico de Arucas. En tan poco espacio se concentran una serie de edificaciones de arquitectura doméstica y religiosa que datan desde el siglo XVII hasta nuestros días, permitiendo al visitante observar de un simple vistazo la evolución de la arquitectura doméstica en las edificaciones de la antigua Villa de Arucas.

La Plaza de San Juan situada a los pies de la fachada principal de la Iglesia de San Juan Bautista, denominada popularmente como "La Catedral de Arucas", su configuración data del siglo XVII, representando el centro urbano de la Villa de Arucas en aquella época que se prolongó hasta el último cuarto del siglo XIX. La Plaza de San Juan fue testigo durante muchos años de las transacciones comerciales de los aruquenses, además de contemplar el transcurrir de la vida cotidiana de los habitantes locales.

Esta Plaza ha sufrido numerosas modificaciones durante su historia, ya que en un principio poseía el piso de tierra, aunque a mediados del siglo XIX se construyó en su parte central y de un extremo a otro, una amplia acera de losas de cantería. En 1901 se la dotó de pilares pétreos, vallado de hierro y escaleras de acceso, salvando el desnivel del terreno. También se procedió a enlosar la totalidad de su superficie, llegando de esta manera hasta principios de los años 90, donde finalmente adquirió su actual aspecto con el suelo de la famosa piedra azul de las canterías locales. El alumbrado eléctrico se instaló en 1914 y en 1928 se eliminan los enormes laureles de su interior para dejar una visión más libre del espectacular templo que por aquel entonces se encontraba en proceso de construcción.

La Casa Parroquial (Casa del Cura). Conocida popularmente como la "Casa del Cura", fue construida en el siglo XVII a expensas del cura Juan Mateo de Castro. La vivienda responde a la tipología de una típica casa canaria, caracterizada por los muros de mampostería, cuya pobreza se disimulaba con los continuos enjalbegados y la techumbre de tejas a dos aguas. En la fachada destaca la utilización de la cantería que recubre las dos plantas. Otras de las características de una casa tradicional canaria son el patio interior central, dejando las dependencias alrededor y en el cual suele haber un ejemplar de Drago (Dracena Draco). Las puertas con tachones negros, las ventanas de guillotinas y los faroles de hierro son también característicos.

La Casa de Barbosa. Construida a finales del siglo XVIII, es una de las viviendas más importantes en el casco antiguo de la ciudad. El tiempo de su construcción se deduce de la disposición que presentan sus elementos, destacando la simetría en la colocación de los mismos. Los vanos de sus ventanas y puertas están situados entre dos grandes pilastras. Todos los elementos compositivos son de piedra de cantería de Arucas. Destaca también la decoración en hierro forjado del balcón.

La Casa de Rafael Ponce de Armas. Construida en el siglo XIX, es una casa de planta alta en la que se observa una mayor preferencia por la disposición simétrica de los vanos, el empleo del zócalo, los grandes ventales, las pilastras laterales, el balcón de hierro y cubierta en azotea. La casa sigue conservando el tracional patio interior a pesar del exterior clásico que existía en la época. La utilización de la piedra de cantería es una constante en la casi totalidad de las viviendas de Arucas y es en esta casa donde se observa unos amagos de decoración con el alternado de los arcos de medio punto de las ventanas superiores.

La Casa Granado Marrero. Este edficio, construido en 1907, sobresale del resto por su envergadura, ya que se levanta en dos plantas y se organiza en cinco frentes, presentando balcones en la fachada principal y en los chaflanes que forman ambas esquinas. La corriente modernista de la época queda patente en la utilización de la decoración vegetal en sus frontones. La parte baja del edificio acogió las primeras instalaciones del Ayuntamiento de Arucas. Actualmente, la planta baja es de uso comercial y la alta, residencial.

Fue fundada en 1973 con la finalidad de albergar la Biblioteca Pública. Actualmente cuenta además con una sala de lectura para niños, un salón de conferencias, una hemeroteca (a partir de 1973) y una sala documental con fondos donados por Francisco Navarro Artiles.

Instalada en una casa tradicional canaria del siglo XVII, se configura alrededor de su típico patio interior, donde destaca la presencia de un monumental ejemplar del drago canario, tan característico en las viviendas tradicionales de Arucas. Su fachada presenta ciertas similitudes con algunas de las casas del Barrio de Vegeta en Las Palmas de Gran Canaria, principalmente al Palacio Episcopal y a la Casa de Colón. Esto se deduce de la distribución del paño de cantería de su puerta principal y del alfiz, que recorre su perímetro, partiéndose en la zona central por el escudo de la ciudad.

El edificio ocupa una parcela irregular y lo forma una parte antigua, a la calle de San Juan de 1687 y la de la entrada principal de la calle de Gourié reformada en 1973 por el artista aruquense Santiago Santana (1909). Este pintor indigenista participó en las reformas de la Casa de Colón en 1948, además de realizar innumerables proyectos para el Cabildo de Gran Canaria. Por otro lado, fue el labrante aruquense Pedro Pérez Viera, el encargado de realizar los trabajos de extracción y tallado de la piedra que se sacó de la Cantera del Cerrillo y del Barranco Del Pinto, a las que aplicó con maestría los diseños de Santiago Santana.

Subiendo por las escaleras interiores, a través de un zaguán, accedemos al patio interior, donde su espectacular drago de unos 150 años y su corredor de columnas de madera y basas de piedra, o sus numerosos detalles ornamentales como escudos heráldicos, arcos conopiales, sillares con decoración vegetal, etc. esperan al visitante para envolverlo en una atmósfera diferente y auténtica a la que acompaña el silencioso ambiente de la Bilioteca Municipal.

En 1989, el artista Santiago Santana recibe un homenaje póstumo en las instalaciones que el mismo reformó, en el que el Excmo. Ayuntamiento de Arucas le nombra Hijo Predilecto de la ciudad.

El Museo Municipal de Arucas se ubica en la antigua casa del Mayorazgo de Arucas, edificada a principios del siglo XIX por iniciativa del administrador Pedro Alcántara Déniz Miranda y secundada por Dª. María Luisa Castelli, poseedora de la misma. Tras la disolución del Mayorazgo (1859) fue adquirida por la familia que fundara las Destilerías Arehucas, y que tanto significó para la vida económica de la Villa. La mansión de Alfonso Gourié Álvarez se convirtió en morada de numerosas autoridades que venían a visitar el municipio. De ahí que, a partir de este momento, la casa del Mayorazgo pasó a conocerse con el nombre de "Casa Gourié".

La Comisión Gestora Municipal, presidida por José Henríquez Pitti, inició hacia 1947 las gestiones necesarias para adquirir una parte de los jardines de Gourié. Ante las pretensiones de transformar la finca en zona urbanizable, el Ayuntamiento se apresuró a declarar los terrenos y la mansión Gourié de interés público, emprendiéndose las primeras expropiaciones.

El 23 de junio de 1948, víspera de las fiestas patronales de San Juan, el párroco bendijo un sector de los jardines, ahora convertidos en Parque Municipal, y se procedió a la inauguración del recinto. Algún tiempo después, las corporaciones regidas primero por Francisco Ferrera Rosales y finalmente por Manuel Pérez y Pérez adquirieron el tercio restante de la finca, incluida la vivienda y el jardín trasero de la misma. Este proyecto culminó definitivamente en 1976, transformándose las distintas dependencias de la casa en salas de exposiciones, donde se exhibe de forma permanente, las obras de Santiago Santana, Manolo Ramos, Guillemo Sureda y Abraham Cárdenes y Alumnos.

Horario DE LUNES A VIERNES MAÑANAS: de 10:00 horas a 13:00 horas TARDES: de 17:00 horas a 20:00 horas SÁBADOS MAÑANAS: de 10:00 horas a 13:00 horas

Frente al Jardín Municipal de la Ciudad, en la calle de la Heredad, se encuentra la sede de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, edificio que alberga la mancomunidad de propietarios de las aguas para el regadío. La actividad desarrollada por este organismo constituye una pieza clave en la historia de la ciudad. La ingente construcción de acequias de piedra, cantoneras y presas, posibilitó el auge económico de la Villa de Arucas, tras lo que siguió la construcción de algunos de los más relevante edificios de la posterior ciudad de Arucas, entre los que destacan Las Casas Consistoriales (1875), el Puente de Arucas y Tenoya (1860/1872), el Mercado de Arucas (1882), la Iglesia de San Juan y el propio edificio de la Heredad en 1909 entre otros.

A pesar de su antigüedad, la comunidad de propietarios del agua no contaron con local propio hasta el año 1912. La construcción de esta magnífica obra, de cúpula gallonada y excelente decoración de piedra de Arucas, se acordó levantar en 1909. Los planos fueron diseñados por el arquitecto Fernando Navarro. Los trabajos concluyeron en 1912, instalándose un año más tarde, el reloj que, desde entonces, marca, junto con el de la Iglesia de San Juan, el ritmo de la vida ciudadana.

Anexo a la calle Francisco Gourié se emplaza el Jardín Municipal constituido por varias zonas pavimentadas y arboladas. Contiene una inestimable variedad de árboles y plantas de gran interés ornamental, no en vano, Arucas es también conocida como la "Ciudad de las flores". Este jardín cuenta con plantas de todos los continentes, integradas en un medio en el que la presencia del agua, que pasa a través de las acequias, y de las aves, juegan un papel muy importante.

que abundan más en el mundo: el inglés, caracterizado por las zonas arboladas y el versallesco, con sus estanques y parterres, recortados a base de formas geométricas. A su vez, el diseño de la pavimentación, realizada ésta con un material denominado terrazo, recuerda, según el cronista Juan Zamora, a los jardines de Alicante y de las playas de Copacabana, en Río de Janeiro (Brasil). Escondido en uno de lo muchos árboles que posee el Jardín Municipal, se encuentra el Duende del Parque. Este pequeño personaje ha pasado a formar parte de la historia del Jardín Municipal, y actualmente los visitantes a Arucas que deciden pasear por el espléndido jardín buscan al Duende para que después de rascar su naríz, les conceda la tan esperada buena suerte.

Volcán de la Montaña de Arucas, la particularidad de este "observatorio natural" es que se instaló dentro de lo que fue el cráter del volcán de la Montaña de Arucas. Este cono de unos 300.000 años aproximadamente, poseía en su cima un cráter circular de poca profundidad, que se rellenó en los años 50 para construir este bello mirador y un restaurante. Fue Manuel Fraga Iribarne, Ministro de Turismo durante la dictadura franquista, quien propuso a los Marqueses de Arucas, propietarios de los terrenos de la Montaña, que habilitaran la Montaña para un uso turístico, o de lo contrario les sería expropiada.

La cruz de madera que se levanta sobre un basamento de piedra en la zona de aparcamientos, fue instalada el día 31 de diciembre de 1899, celebrándose así la entrada del siglo XX. La madera de estos palos pertenecieron a la Ermita de San Sebastián, que tras sufrir un incendio, quedó totalmente inutilizada por lo que los largeros de madera sirvieron para convertirse en uno de los símbolos de la Montaña de Arucas. Constituye una excelente atalaya - de las mejores de la Isla - desde donde se contemplan magníficas panorámicas de todo el municipio y el Norte de Gran Canaria, desde La Isleta a la Montaña de Gáldar, y hacia el interior, hasta La Cumbre. Varios miradores orientados a los cuatro puntos cardinales (Mirador del Ron, Mirador del Teide, Mirador de Las Canteras) permiten apreciar, en toda su magnitud los extensos cultivos de plataneras, así como la ciudad y sus principales núcleos de población.

La Historia de la arquitectura en Canarias ha estado siempre ligada al trabajo de la piedra. La casi totalidad de las edificaciones erigidas en Gran Canaria han sido construida con piedra. A pesar de que los trabajos de la piedra datan en nuestras islas desde la etapa prehispánica, fue después de la Conquista de Canarias, en el siglo XV, cuando se introducen las técnicas más avanzadas que existían en España en la época. La introducción de las herramientas de metal y las técnicas de extracción de la piedra dejaron obsoletas a los rudimentarios utensilios de piedra y madera que utilizaban los aborígenes canarios. Los primeros labrantes llegados a Gran Canaria procedentes de la zona de Andalucía y posteriormente de Cantabria, eran especialistas en la construcción de fortificaciones defensivas y de edificios religiosos. Tras la Conquista de Arucas, es, a principios de 1500, cuando se empiezan a levantar las primeras ermitas, molinos y viviendas en la zona de Arucas. Anteriormente ya habían empezado en otros lugares como Las Palmas de Gran Canaria, por lo que la necesidad de contar con materiales como la piedra era cada vez mayor. De este modo, Arucas empieza a cobrar importancia al contar con numerosas explotaciones de canteras de la denominada posteriormente "piedra azul". En este sentido, destaca el barrio de La Goleta, cuna de numerosos labrantes, oficio, hoy día, tradicional e histórico en la Ciudad. La concesión del título de Conjunto Histórico Artístico al casco antiguo de Arucas en 1976, simboliza el premio a la impagable labor que los labrantes han realizado a lo largo de la historia de Arucas.

La Cantera "La Goleta" se encuentra en la zona denominada El Cerrillo a unos 500 metros del casco antiguo de la Ciudad, a laque se puede acceder desde la bajada de los Callejones en el barrio de La Goleta. Es una de las varias canteras que se localizan en la zona, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI. La incipiente construcción de los nuevos núcleos urbanos, después de la conquista, fue el principal motivo para el comienzo de la explotación de las magníficas canteras de piedra traquítica-fonolítica de Arucas, la famosa "piedra azul". La familia de los actuales propietarios adquirieron la cantera a finales de los años 50, continuando de esta manera con una tradición familiar que se puede cuantificar en una frase utilizada por el propietario Domingo Santana Mendoza de 71 años, que a la pregunta de cuanto tiempo lleva su familia dedicándose a esta profesión, responde: "mi padre respondió un día que su bisabuelo le llegó a decir que el abuelo del mismo ya era labrante". Son innumerables las obras realizadas con la piedra de esta cantera, aunque destaca por encima de todas las construcciones, la de la torre-campanario de la Iglesia de San Juan Bautista de Arucas, realizada entre los años 1962 y 1977, cuya piedra fue donada por el propietario, así como diferentes restauraciones como la de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria entre 1978 y 1984.

La Cantera, después de muchos años de explotación, fue adaptada para las nuevas tecnologías en el año 1999. En la actualidad, los propietarios han recreado fielmente en sus instalaciones los elementos característicos de una cantera de piedra. En tan sólo una breve visita de 30-40 minutos, el visitante puede llegar a vivir el ambiente en los que se movía el labrante en sus largas y duras jornadas de trabajo. La forma primitiva de tratar la piedra contrasta con las actuales técnicas avanzadas que se pueden observar en la Cantera "La Goleta". Durante el recorrido el visitante conocerá todos los detalles y anécdotas que ocurría en una cantera, como:

- Los tipos de herramientas y su construcción por los herreros - Conocer las funciones de los especialistas como el cabuquero, el repartidor, el entallador, el labrante y el tallista. - Las utilidades y explicaciones de los elementos característicos en una cantera de piedra, como el charco, el caserón o la arpillera o latada. - Las técnicas empleadas por los labrantes como: el pico a pico, el barbujado, el martillado, el acabado rústico, el corte en tabla, el tronchado, etc. - Las respuestas a las preguntas más frecuentes como por ejemplo: ¿Por qué se le llama piedra azul?, ¿qué tipo de piedra es? o ¿cuál era la jornada laboral de un labrante?, etc. La visita concluye con una pequeña exposición de artesanía donde el visitante podrá observar y adquirir los productos artesanales hechos con la piedra azul de Arucas.

Este interesante conjunto, propiedad de la Marquesa de Arucas, se localiza a menos de 1 Km. del centro de la ciudad, en la carretera que une Arucas con Bañaderos. En su interior destaca el pequeño palacete construido por el primer marqués de Arucas D. Ramón Madam y Uriondo y su esposa Dª. Mª del Rosario González y Fernández del Campo en 1880. La casa fue diseñada en estilo romántico y posee una disposición simétrica, en la que sobresale el tratamiento ornamental de la fachada principal. Esta se compone de un porche de cantería, en el que se combina el pilar y la columna formando arcos. Se remata con florones y cornucopias, instalándose en la parte central, el escudo familiar.

Aunque su nombre se remonta a la mitología griega y marcaban el límite occidental del mundo identificándolas con las Islas Canarias, el origen del Jardín, joya de la botánica autóctona e internacional, data de más de un siglo y nos muestra una de las colecciones más completas de la flora tropical y subtropical, que su creador el Marqués de Arucas, fue recopilando a lo largo de los años, hasta conseguir, a través del tiempo y del microclima que goza la zona de la ciudad histórica de Arucas, por su enclave, un hábitat ideal para el desarrollo de las más de 2.500 especies que en la actualidad se pueden contemplar y, contando hoy en día con muchas especies en extinción que dan más aún, si cabe, un ambiente mezcla del Romanticismo de la época en que fue diseñado y el esfuerzo de la técnica moderna de los distintos cultivos de frutas tropicales que la circundan. El jardín se divide en dos zonas bien diferenciadas: una parte reciente, con sólo algunos años de realización, y la zona antigua que rodea el palacete. El ambiente romántico viene propiciado por los estanques ocupados por plantas acuáticas, los quioscos de influencia hindú, el caprichoso castillo pétreo que se levanta sobre un pequeño montículo a modo de desafío para un imaginario "príncipe", las fuentes y, por último, el palacete custodiado por dos torreones almenados. Estos jardines fueron habilitados hace algunos años para la visita turística.

El edificio de la Asociación de Vecinos Guanche, alberga en su interior un yacimiento arqueológico de la etapa prehispánica -denominado por los arqueólogos como "Cerera", en honor a la emblemática calle Cerera, que se ubica muy cerca de este lugar-. Dicho asentamiento aborigen, anterior a la llegada de los conquistadores europeos, está conformado por una casa canaria construida con piedra seca (sin ningún tipo de argamasa) y una cueva natural utilizada como vivienda y formarían parte de este antiguo poblado canario que en las crónicas de la Conquista se llamaba "Arehucas", destruido, con mucha probabilidad, por las huestes del conquistador Juan Rejón sobre 1479. En concreto, este yacimiento arqueológico se ubica en la falda Sur de la Montaña de Arucas, en el lugar que, antiguamente, denominaban "El Tabaibal", muy cerca de un camino tradicional llamado "camino real". Hoy día el edificio y el yacimiento se localizan en la calle peatonal prolongación General Palafox, dentro del ámbito del Centro Histórico de la Ciudad de Arucas. El establecimiento de este asentamiento prehistórico se relaciona con los condicionantes geográficos del poblado de Arehucas. En relación a este término, el Profesor D. Juan Álvarez Delgado plantea que el topónimo Arehucas se dividiría en Ar- y en -Ehukkad y se traduciría como "lugar de la cresta" o "la trenza", teniendo en cuenta que Ar- puede interpretarse como lugar, tal y como aparece en otros topónimos canarios. Según sus estudios, el nombre de Arehucas hace referencia a la Montaña de Arucas, como ese "lugar de la cresta" o la "trenza".

Este poblado de Arehucas fue la entidad poblacional más amplia e importante de toda la comarca de Arucas y se establecía en la vertiente Sur y Sureste de la Montaña de Arucas debido a que:

- Esta zona se encontraba muy próxima al agua que corría por el Barranco-Río de Arucas. El agua, como es bien sabido, es el principal recurso que necesita el ser humano para poder vivir en un lugar. - Se sitúa, además, en la confluencia de tres pisos de vegetación, donde se aprovecharían muchos recursos económicos y tecnológicos, especialmente plantas para la alimentación -tanto humana como para el ganado-, para la construcción de herramientas, etc. - Existen numerosas oquedades naturales para habilitarlas como viviendas. Asimismo, el edificio volcánico de la Montaña de Arucas es relativamente sencillo de horadar para realizar habitáculos. - Está resguardado de los vientos dominantes (vertiente de sotavento) y, de la misma forma, esconde y protege a sus habitantes del avistamiento de gentes extranjeras, hecho que solía suceder desde tiempo antes de la Conquista. - Está orientado a la luz y al calor (insolación), existen agradables temperaturas y buenas precipitaciones, así como pastos abundantes para el ganado, zonas llanas para el cultivo (sobre todo en la zona de Las Vegas).

La importancia, en líneas generales, de este enclave arqueológico vendría dada por varios factores: En primer lugar, es el primer yacimiento que se excava con metodología científica reciente en el término municipal de Arucas. En segundo lugar, es el primer yacimiento, de estas características, que se integra dentro de un edificio arquitectónico en todo el conjunto del Archipiélago Canario. Además, es uno de los primeros yacimientos que ha sido subvencionado, durante los trabajos de excavación arqueológica, por una empresa privada, como fue UNELCO, SA, bajo la intervención de D. Antonio Castellano Auyanet, Presidente, en esos momentos, de la citada empresa.

A nivel científico y arqueológico, la importancia de este yacimiento vendría definida por:

A).- Obtención de diverso material prehistórico en grandes cantidades: vasija cerámica troncocónica pintada (completa), muela de molino circular, semillas de cebada (en gran proporción), otras semillas (trigo, etc.), restos de cochinos, cabras, etc., fragmentos cerámicos (muchos pintados, algunos decorados con incisiones, etc.), herramientas y utensilios líticos (sobre todo lascas de basalto, restos de obsidiana y, en menor medida, restos de "sílex", restos de "cuarzos"), fragmentos de morteros naviformes y molinos circulares, restos de vidrios tallados (en este sentido, tal vez, los aborígenes aprovecharían vidrios de los europeos para adaptarlos a su instrumental), restos de pescados, como la vieja... Estos materiales fueron catalogados e inventariados en el Laboratorio de Arqueología de la ULPGC y, en la actualidad, se encuentran depositados en los fondos del Museo Canario, para su posterior estudio.

B).- Probable presencia de una secuencia crono-estratigráfica, de las escasas que hay en la isla de Gran Canaria, donde se podría observar una evolución tecnológica de los materiales y del poblamiento, sobre todo del tallado de la piedra y la forma y decoración de las piezas cerámicas, cuestión muy novedosa en la Prehistoria de Gran Canaria. La pequeña historia del descubrimiento de este yacimiento comienza en 1993, cuando se localizan, mientras se comenzaban las labores de construcción del edificio, los primeros restos arqueológicos. Desde 1999, la Oficina de Patrimonio Histórico ha incluido este yacimiento en las visitas programadas, así como en las rutas guiadas, que ha establecido dentro del programa de visitas didácticas del Centro Histórico de Arucas, programa que se lleva realizando desde 1994. La rentabilidad social de este yacimiento se presenta como muy beneficiosa, pues la puesta en marcha de este pequeño museo de sitio, ha conllevado la integración del yacimiento arqueológico y la creación de un espacio cultural, de ocio, reflexión y encuentro dentro del ámbito vecinal y municipal. Este proyecto de integración, conservación y acondicionamiento museístico pretende ser un eslabón más en la protección y divulgación de nuestro Patrimonio Histórico.

Fobos es la mayor y más interna de las dos lunas del planeta Marte. En la Mitología griega, Fobos es uno de los hijos de Ares (Marte) y Afrodita (Venus). "Phobos" en griego significa "miedo" (es la raíz de "fobia"). La facultad más importante de la obra escultórica de César Manrique es su carácter netamente abstracto; desde sus inicios se desprende de la figuración pictórica y se sitúa, desde la experimentación, en el lenguaje de la no figuración. Pronto se interesaría por trabajar con el movimiento (escultura cinética: móviles) frente al clásico estatismo. Hace suyo un principio del arte de principios del siglo XX que postulaba que la obra artística debía basarse en el espacio y en el tiempo, de aquí parte la necesidad de crear obras en movimiento. El aire es, por tanto, el elemento fundamental de la obra cinética de Manrique, y de su impulso depende el movimiento de sus componentes sólidos y, también, de sus soluciones espaciales. Sus obras se articulan alrededor de un eje sobre el cual se produce la rotación de los diferentes elementos que pretenden producir un movimiento ligero y natural en similitud al que produce el viento en las hojas de los árboles. Todo ello impregnado de una fisonomía lúdica. Así crea la serie denominada Juguetes del Viento que idea para los distintos espacios y cruces de camino de Lanzarote. Fobos se incluye dentro de esta serie. Su prematura muerte deja a la Fundación la encomiable tarea de, a partir de los bocetos realizados por Manrique, ir facilitando la construcción de la mencionada serie dentro y fuera de Lanzarote. Esta obra es, junto a la de Tahíche, la segunda realización de la idea de César, que probablemente tenga mucho que ver con su interés por la astronomía y por todo lo relacionado con el cosmos. Realizada en su totalidad en acero inoxidable para ambientes marinos. Formada por un eje macizo que aloja 15 rodamientos que sustentan los elementos del móvil. Posee 9 elementos giratorios en el plano horizontal (6 de ellos esferas formadas por tubos) y 4 elementos que giran en el plano vertical. Incluye 24 rodamientos diferentes lo que viene a permitir 13 movimientos independientes y con sentido alterno. La altura total de la escultura (incluida la base) es de 14,8 metros, con un diámetro máximo de 6,51 m. y un peso total aproximado de 9 toneladas. Se construyó en los talleres de Construcciones Metálicas Aquilino Dorta S.L.

Área Recreativa Lomo Jurgón.

Espacio constituido por un antiguo macizo fonolítico, de gran valor ambiental y paisajístico, pero bastante transformado por la acción antrópica. El área recreativa se encuentra situado en la zona conocida como el Lomo Jurgón. Es un lugar habilitado para pasar un día de asadero con la familia o amigos e ideal para realizar excursiones escolares o de cualquier colectivo. Rodeado de una gran vegetación, el Lomo Jurgón es un lugar privilegiado, donde además de descansar puede contemplar maravillosas vistas desde su mirador. Ubicación: En el Lomo Jurgón, accediendo por una pista agrícola, que parte próximo a Los Portales. Estacionamiento: para treinta vehículos. Mesas: 20 Uds. Capacidad: 120 personas. Servicios: Baños, fuentes de agua y asaderos, parque infantil. Acceso: Controlado. Días de apertura: Jueves, viernes, sábados, domingos y festivos Horarios: de 10 a 17 horas. Grupos escolares y colectivos: Todos los días. Solicitud de permisos: Oficina de atención al ciudadano, y pago de cuotas. Información: 928628100 Usted puede llegar desde la carretera general de Arucas-Teror, tomando la desviación a la derecha que hay justo antes de la estación de gasolina abandona, antes del barrio de Los Portales. También puede acceder con su vehículo por la bajada de Los Callejones en La Goleta tomando la primera desviación a la derecha. Subiendo por la carretera encontrará el área recreativa a un kilómetro y medio. Para obtener el permiso para disfrutar de estas instalaciones, debe ponerse en contacto con el Excmo. Ayuntamiento de Arucas en el teléfono 928 628100.

TELÉFONOS DE INTERÉS

OFICINA DE TURISMO DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE ARUCAS DIRECCIÓN:

Plaza de la Constitución,2 (Debajo del Museo Municipal) 35400. ARUCAS (GRAN CANARIA)

TELÉFONOS: 928 623136 928 628149

FAX: 928 605148

E-MAIL: turismo@arucas.org

HORARIO: de 8:00 a 15:00 horas de lunes a viernes

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